sábado, 6 de junio de 2009

Editorial / Revista Nº II




“¿La historia se repite?- ¿o se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de escucharla? No hay historia muda. El tiempo que fue sigue latiendo, vivo, dentro del tiempo que es, aunque el tiempo que es no lo quiera o no lo sepa. Cuando esta de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacerla”.
Eduardo Galeano


Octubre comenzó en Resistencia con la presencia de una de las históricas luchas, el reclamo de los pueblos indígenas. A principios de mes llegaron a la Plaza 25 de Mayo una importante columna de hermanos aborígenes de diferentes etnias, acampando durante días en el centro de la ciudad. Muchas voces escuchamos al respecto, “a estos los trae ‘fulano’ para hacer una campaña contra del gobierno” -“vienen a festejar el día de la diversidad cultural”, etc.


Pero la verdad es que cuando nos acercamos a ellos poco ánimo de festejo encontramos.
“no estamos aquí para recodar la diversidad cultural, porque de lo que se encargaron es de hacer desaparecer esa diversidad” “estos días son de luto para nosotros, porque somos parte de la tierra, llevamos el color de la tierra, y nuestra tierra esta enferma” comentaba un hermano Qom que intercalaba algunas pocas palabras en castellano.


Ellos gritaron un 11 y 12 de octubre, “último día de libertad de los pueblos indígenas” y “día de la diversidad cultural”. Después de acampar días en la plaza, se retiraron con nuevas promesas. Volvieron, tal vez, a sus tierras tratando de no sentirse ajenos a ellas.
Ellos volvieron, pero en nosotros ¿que sucedió? ¿Seguimos reivindicando solo la protesta o el reclamo de un sector nada más y creyendo que el resto es una pantomima? ¿Hasta que punto somos capaces de ver más allá de la puesta en escena que los medios y la opinión pública nos muestra?
Estos son algunos de los interrogantes que desde aquí nos surge.


En la revista de octubre tenemos voces comprometidas y jugadas con la realidad que cada uno vive.

Por último te recordamos que podes enviar tus comentarios, sugerencias, y también artículos para la revista a: waykhuli@gmail.com

Maneras de encender un fuego Marcelo Caparra

Inmiscusiones terruptas - 

“también nosotros soñamos sobre sangre que vendrá”

J. G.


Y pensar que yo me preocupo porque la “muerte súbita” -que mantuvo muertovivo a mi hermano Mario y preso en el infierno de Kafka, porque Kafka vive en Av. 9 de Julio al 1100- no sea congénita o hereditaria o contagiosa.

Me explico. Hasta hace un año atrás, la poesía (y la vida) de Juan Gelman -el mejor de nuestros poetas contemporáneos- me parecía un mero objeto de estudio. Y así me acercaba a él: con fichitas en la mano y con las categorías bien erectas. Ahora, sin embargo, que me ejercito en el áspero, inapelable oficio de ser papá (hace 13 meses que me ejercito y vengo perdiendo con la vida por goleada, y para colmo reincido), Gelman me interpela desde otro lugar.

Quizás a este mundo sólo se lo pueda mirar con ojos cartesianos o gelmanianos.

Ya lo sabemos: René Descartes es el filósofo que inventó la Modernidad. La Modernidad es un sueño que soñó Descartes (especialmente si resulta cierta la sospecha de M. Foucault, aquello de que el sujeto es “una invención reciente”). Puso en el centro de la agenda filosófica la inconmovible certeza en que desemboca su duda metódica, universal. Célebremente pronunciará Descartes, en su Discurso del Método, estas palabras:

Pero advertí luego que, queriendo yo pensar que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: “yo pienso, luego soy” era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.”

Aunque todo trastabille, aunque la indiferencia del mundo –que es sordo y es mudo- nos atenace, ahí está, ahí estará el primer principio de la filosofía moderna: el COGITO cartesiano (imaginémoslo: es como el índice de un Dios geométrico que siempre está, como autenticando el Método y la inapelabilidad de lo real. El Cogito es la ciudadela de un Dios en miniatura). Así, la duda moderna se resuelve y desemboca en el COGITO y que el resto del mundo se anule o se afantasme, si lo desea.

En cambio, la poesía de Gelman no se funda en la duda metódica sino en el dolor.

En el 75 se exilia por las bestias de la Triple A, en el 76 otras bestias -¿otras?- secuestran y asesinan a su hijo Marcelo Ariel y a su nuera Claudia. Que estaba embarazada.

A partir de ahí, escribe en “hojitas caídas del fervor/la esperanza/la fe”. Mientras Rene Descartes enciende la estufa para acondicionar el mundo (la mente), la palabra de Gelman (el cuerpo) se asume como lenguaje calcinado. Descartes habita en su Cogito (y por eso es, a la postre, un metafísico); a Gelman, lo habita el exilio (y por eso es un poeta). Descartes es el método, Gelman, el pathos. Uno es sustancia, el otro, intemperie: “presencia ausente de lo amado”.

En el año 1995, cuando ya sabía que el nieto/a estaba viv/a, Gelman escribió una carta que publicó Página/12:

Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él”.
Ahora que intento, a los ponchazos, ser papá, la metafísica de Rene Descartes todavía me deslumbra, pero la antropología huérfana de Juan Gelman me abre la piel. No sé, quizás siento que el dolor podría quebrarme a la mitad (y de todo eso charlábamos con el ilimitado amigo Eduardo Molina, una noche de septiembre en que bajo estrellas saenzpeñenses no paraba de rondarnos el fantasma de Sarmiento, y Eduardo, también flamante papá, me contó de “Operación Traviata”, y temimos el retorno de la canalla teoría de los Dos Demonios, que pretende “empatar” el dolor de los víctimas con el de los victimarios, y uno de nosotros dijo, ¿y qué fue la larga noche de los asesinos sino precisamente eso: un largo machetazo en la masmédula del país?.

- Quizás –dijo, bajo estrellas saenzpeñenses, uno de nosotros- a este mundo sólo se lo pueda mirar con ojos cartesianos o gelmanianos).

Y la verdad es que no sé cómo haría para escribir o respirar -como un árbol sin hojas que da sombra- a pesar de ese machetazo, contra ese machetazo. En la orfandad, siempre.
Y pensar que yo –yo egoísta: yo que tiembla-, que detesto los electrocardiogramas, me preocupaba que la muerte súbita fuera congénita o hereditaria o contagiosa

"Dado el salto" Eugenia Segura & "Encuentros" Gustavo Campos


dado el salto

cierro los ojos: aquí
jugamos todo el tiempo a ser letales
confío en los imanes que marcan
en ese mapa oscuro
los sitios donde asirse
antes del próximo salto.
escribo apenas
en la secuencia del aire
la distancia que me separa
del suelo, del miedo
de que no haya suelo,
ni miedo.

Eugenia Segura, Mendoza

Encuentros
Las sombras de mi cuerpo
los recuerdos de los que se acercaron
las ganas de mandar todo a la mierda,
y vos,
juntan mis pedazos.

La toba muere de hambre
mientras el blanco come victorias
y lloran y guardan sacrificios en lo de siempre,
un vaso

la Sierra sopla una fría burbuja llena de Sudacas,
el Che pelea contra una pantalla plagada de putas
y mientras la ciudad abandona sus fantasmas
lloro la mentira que soy
y la que seré
aunque en el espejo esquive
una curva mirada

Gustavo Campos, Resistencia

Re Z (Literaturescas)- Mario Caparra & Tony Zalazar



Sr. Director de la Revista Waykhuli:

Me importa un pito que la poesía exhiba una retórica cosmética o un packaging cuaternario; sinestesias inflamables o pasadas por agua. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezca untada en vaselina o con mermelada diet. Soy perfectamente capaz de soportarle una comparación que obtendría el primer puesto en un concurso de la SADE. Pero eso sí –y en esto soy irreductible- no le perdono, bajo ningún pretexto, que no sepa violar. Si no sabe violar ¡pierde el tiempo la que pretenda seducirme!

Ésta fue –y no otra- la razón de que me enamorase tan locamente de Oliverio.

¿Qué me importaban sus apotegmas de vizcacha o europeados neologismos? ¿Qué me importaban su obstinación aerodinámica y su bucólica de cabotaje?

¡Oliverio era una verdadera lacra! Su única actitud de cortesía, consistía en levantar una pollera.
Desde el amanecer violaba, desde Darío a Lugones. Ruborizado de no poder ruborizarse, violaba el romanticismo, el modernismo, las costumbres. Violando realizaba sus compras, sus quehaceres. Violando engendraba Orozcos, Pellegrinis y Molinas. ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, violándose, de algún paseo con sus predadores!

Allá lejos, perdido entre los vírgenes, un poeta sulfuroso. ¡Oliverio, Oliverio!... y a los segundos ya los tenía en su cuarto, y ante la mirada de terceros, los penetraba con hipérboles fruisivas e imprecaciones lujuriosas, para después mandarlos, violados a cualquier arte.
Durante páginas de gentileza genitaba un atropello que nos agolpaba el clémiso; durante obras enteras nos violentaba las costumbres, los pruritos y los llantos.

Mi lu, mi lubidulio, mi golocidalove. ¡Qué delicia la cocinar un poeta polimorfo aunque, de cuando en cuando, nos haga ver como lumías! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre los ebrios lechos légamos telúricos para pasar la digestión de un solo vuelo!

¿Puede brindarnos alguna clase de atractivos un soneto de Lope después de cocinar a un escritor violante? ¿No es verdad que no hay ninguna diferencia sustancial entre coger todos los viernes con tu esposa y leerte alguna copla dominguera?

Yo, por lo menos, Sr. Director, soy incapaz de comprender la seducción de un manjar que no emponzoña, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que se pueda imaginar más que violando.

Por todo lo expuesto, hago llegar a Ud. esta humilde y formal renuncia a este prestigioso espacio gastronómico. Le ruego sepa disculpar.

Mario Caparra

Girondo a la Zalazar
o 20 poemas para ser comidos en el tranvía.


Ingredientes: ½ eyaculación de levadura vasca, una docena de dientitos leoninos, 1 cerebro cosmopolita con 8 neuronas de vanguardia europea, abundantes y caras caricias, 20 litros de vías de tranvías, ¼ lomo de hipopótamo, barbas de espantapájaros a gusto, 200 metros de lengua laaarga y enrevesada, ingentes curuvicas de europa de posguerra, vientricinco hojitas de jitanjáfora y cuatrece odoríferas imágenes de exportación, dos ojos desorbitados en aceite onírico, con condimentos de rojo erotismo y picante humor.


Comience por verter divertidamente ½ eyaculación vasca en una cratera del mismo origen, luego, como si de dados se tratase, en cubiletes que festejan el azar, agite locamente hasta ver que a la masa le broten 12 dientecitos leoninos. A la voracidad de esa boca lúdica acérquele el cerebro cosmopolita, dele las abundantes y caras caricias en la cara. Luego aléjelo del fuego porteño (es preferente macerarlo en Europa unos cuantitos años) y críelo hasta que en los ojos le brillen la alegre angustia y el deseo insaciable de volar.


Busque que el ser no le crezca tan Derecho, para esto será necesario moldearlo sobre 20 litros de vías de tranvía y agregarle las barbas de espantapájaros en el corazón. Después de que el ser le quede algo avieso debe inflamarle el pecho con la más pura antihipocresía y todos los melimeleos lúcidos que existan, hágalo hasta que estalle en chorros de sincero aceite onírico y espasmódicos condimentos. Apunte su deshinche sobre el ¼ lomo de hipopótamo y deje que su Ácido orín -que horada el oropel de los pelmazos-, incruste sus diamantes rojos en la gruesa y burguesa hamburguesa social. Coloque esa carne sobre el miasma moralina y controle su desgrase. Finalmente extienda los 200 metros de lengua enrevesada, córtela en nimios trocitos y lícuelos hasta que laman las tetas del idioma, luego intraduzca en la licuadora las hojitas de jitanjáfora y las imágenes odoríferas esenciales. Espolvoree el mejunje junto con las ingentes curuvicas de la europa posguerreada sobre la masmédula misma de la conciencia hasta ver que se cuece el más loco y original poemario de Amerrica latina.
Después, si desea, trepánele el cerebro en un accidente y disfrute su plato alunizado o alucinado.

Tony Zalazar

Adrián Niveyro: “Somos los brujos malos de la gestión”


(Por Mario Caparra) El músico Adrián “Chino” Niveyro analiza aquí los distintos modos en que la discriminación minó la anterior gestión de Cultura. Describe y denuncia los abusos, tanto económicos como sociales, que debió afrontar el Coro Chelalaapi y cómo afectaron al actual panorama de transmisión cultural.

Cuando, hace ya algunos años, conocí al Chino Niveyro, brindaba un modesto, pero intensísimo recital en la Plaza 25 de Mayo. Modesto por su carácter, libre y gratuito y por su puesta escenográfica. Intenso (lo supe años más tarde) por el misterioso, pero indubitable equilibrio de arte y de política, por el melódico assamblage de tono y contenido.

Cuando ya la gente comenzaba a amontonarse y acomodarse, el Chino decretó un intermezzo y levantó su voz en defensa de los derechos de las comunidades indígenas en general y del Coro Chelalaapi en particular. No logro recordar con la debida justeza los puntos del reclamo. Recuerdo, eso sí, la emoción desbordada, la salutación posterior y el extraño nombre de la banda: “konnangai”.

¿Qué significa Konnangai?

En verdad, la palabra exacta es Qonaxagai, que, para los qom es el brujo malo, el brujo jodido. A diferencia del piogonak, que es el brujo bueno, el chamán que te cura, el qonaxagai es el que con una hechicería te va a hacer mal. Konnangai es una adaptación a la fonética criolla.

¿Y por qué esa elección?


El tema era hacerle la contra a Marilyn Cristófani y a su gestión de cultura. Nosotros queríamos ser los brujos malos de esa gestión, queríamos desenmascarar a todos. Marilyn siempre se jactó del coro, siempre remarcaba que el Coro es un impresionante patrimonio cultural, etc, y tenía razón.

Pero el Chino nos cuenta que, en medio de ese planteo, que es correcto, se registraron numerosos abusos. Una vez que el Chino comienza a hablar de deudas inmemoriales y abusos sistemáticos, su historia se narra a sí misma.

Cuando comencé a acercarme al coro, empecé a escuchar las inquietudes del coro. No estaban conformes. El coro se encontraba inserto en la categoría de jornalero. Pero el problema surgía cuando, por ejemplo, el coro tenía que realizar algún viaje, porque antes de viajar le hacían firmar papeles en blanco.

¿Cómo? ¿Con qué objetivo?


Y, por ejemplo, si hacían un viaje de Resistencia a Formosa, le hacían firmar papeles en blanco. Ellos no sabían bien de qué se trataba, pero en esos papeles constaba el monto que supuestamente habían recibido en concepto de viáticos. Por ejemplo, cuando el coro tenía que cantar en Buenos Aires, le correspondía a cada integrante algo así como 150 pesos de viáticos.

El tema es que la mayoría de los integrantes del coro no saben leer. Entonces Nancy Taborda, les hacía firmar papeles y les decía “nosotros los completamos después” y les pagaba 30 pesos y se quedaba con la diferencia.

¿Y vos cómo te enterás?
Me entero a partir de Herminda, una de las integrantes más “criollas” del coro, cuyo marido es abogado. Por eso en la gestión de Marilyn Herminda nunca fue aceptada; porque se daba cuenta de todo. Hasta hoy creo que sigue sin contrato.

En aquella ocasión tuvimos una charla con ella y le preguntamos si sabían lo que estaban haciendo y nos comentó que se dieron cuenta cuando le daban lo 30 pesos y ellos veían que se quedaban con el resto de la guita.

¿Lo sabían todos los integrantes o sólo ella?

En principio lo descubrieron algunos, de modo absolutamente intuitivo. Esto podría haber durado décadas. Pero al enterarse algunos, pronto se fueron enterando todos los demás. Pero incluso cuando todos se dieron cuenta, ellos siguieron en silencio porque tenían miedo de que le sacaran el contrato que tenían

Además muchos de la gestión los hacían sentir discriminados de otras maneras. Por ejemplo Adriana García, cada vez que iban a subir a la Traffic les decía “No comas acá” o “No entres acá con los zapatos sucios.” Son actitudes recurrentes y claramente discriminatorias que, si te las dicen a vos, o a mí…

En este punto de la entrevista la indignación crece hasta el exabrupto. No nos parece pertinente reproducirlo aquí, pero tampoco interrumpimos la narración del Chino que prosiguió, implacable.


Lo mismo podemos decir de la Negrita Godoy. Porque ella sabía que los integrantes del Coro venían todos los días caminando, desde el barrio toba hasta el marechal. Todos los integrantes; incluida Zunilda que ya tenía cerca de setenta años. Y ellos tenían una traffic que era específicamente para llevarlos y traerlos.

La discriminación se hacía sentir, evidentemente, en varios estratos y niveles.

En ocasión de uno de los viajes, Marilyn llegó a decirle a Gregorio (Segundo, violinista del coro) que, aunque el coro viajara “vos tenés que quedarte acá porque van a venir turistas y van a querer conocer cómo es un aborigen, van a venir turistas a conocer indios.”

El Chino nos cuenta que, la marginación, económica y social que experimentaban a diario, no se limitaba al Coro, sino que se extendía a toda la comunidad indígena. Por ejemplo a quienes elaboraba las artesanías que se exponían en el Centro Cultural Leopoldo Marechal “los hacían laburar muchísimas horas para hacerlas y finalmente venderlas a 20 mangos.”


A todo este panorama le atribuye la aparentemente disuelta transmisión cultural en el seno de la comunidad indígena.

Son los mismos padres quienes no transmiten su cultura por temor. Para que no vivan lo que vivieron y aún viven muchos de ellos. Son los mismos padres los que les dicen “tenés que tratar de ser lo más criollo posible” para que no vivan lo que vivieron ellos. Y los hijos, que vieron y vivenciaron todo eso, se resisten especialmente. Entonces, los pibes conocen los instrumentos musicales, conocen su tradición cultural, pero la niegan ante el temor de que otros se rían. Y esto es fuertísimo. Es muy fuerte.

El hijo de Gregorio, que tiene 20 años, vivió todo lo que vivió al padre. Vivió cómo se lo utilizaba y entendió que para Cultura ellos son objetos, una artesanía más.

Sin embargo el Chino afirma que la transmisión cultural, en cierto modo, se encuentra vigente todavía.


Al mismo Gregorio le preguntaron en una charla si es bueno ser aborigen. Él no les dijo si es bueno o no, les dijo que él mantenía lo que le enseñaron sus padres y sus abuelos y defiende lo que el vivió. También la abuela Zunilda le enseña pacientemente sus costumbres a sus nietos.



***
Adrián Niveyro. Vocalista y primera guitarra de la banda Konnangay Pi (Los brujos malos) que en verdad es una adaptación a nuestra fonética criolla. Actualmente lidera la agrupación de folcklore latinoamericano “Ata la quimbamba” que en africano arcaico significa tocar hasta no dar más.

Último día de libertad de los pueblos indígenas- Juan Chico (Comunidad Qom)


El 10 de septiembre de 1892 por decreto del presidente Carlos Pelegrini se comienza a celebrar el 12 de octubre como “el descubrimiento de América” atendiendo a la invitación del entonces reino de España luego ratificado por Irigoyen en 1917 quien instituyo el 12 de octubre el “Día del descubrimiento” como fiesta nacional. También obedeciendo la iniciativa del gobierno español que proponía en los países hispanoamericanos la generalización del festejo del 12 como “Día de la hispanidad”. De esta manera se vino inculcando en el pueblo argentino el día de la raza y de la hispanidad. Pero esta idea resulta muy vaga a razón de la convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, proclamada por las asambleas de las naciones unidas el 20 de noviembre de 1963 que determina: “que toda idea o doctrina de superioridad basada en la diferenciación racial es científicamente falsa, moralmente condenable y socialmente injusta”
La utilización del termino “raza” predominante en los siglos: XVIII y XIX ha sido abandonada por algunos sectores en la actualidad, debido a su carencia de sustento cientifico ya que la biología no a podido demostrar la existencia de estructuras genéticas de raza.
Ya que para nosotros los pueblos indígenas de América nunca hubo descubrimiento. Hoy es lamentable ver como algunos sectores del estado siguen sosteniendo esa idea falsa. “Resistencia recordó el día de la raza” (titulo de Diario Norte, lunes 13 de octubre del 2008, pg.4) los pueblos indígenas venimos celebrando desde la década del 70 y hoy con más fuerza el 11 de octubre como “El último día de libertad de los pueblos indígenas” denunciando y rechazando la celebración del 12 de octubre, ya que en esa fecha comenzó el mayor genocidio de la historia de la humanidad.
Pero hoy sobrevivimos y somos miles, estamos en las montañas, en los cerros, llanuras, bosques, ríos y ciudades. Peleando por nuestra tierra. Aunque a veces esta lucha se torna difícil porque en la tierra están nuestros ritos y espiritualidad y al pedirla se pierde una parte de nosotros. Pero seguimos aunque sea difícil recuperarnos de este intento de exterminio de nuestro pueblo.
Pero también reconocemos algunos avances en la actualidad de la provincia del Chaco, como ser la incorporación en el calendario escolar de la fecha 19 de julio de 1924, que fue el “día de la masacre de Napalpí”, 11 de octubre como ultimo día de libertad de los pueblos indígenas y el 12 de octubre como “día de la diversidad cultural” lema que como indígenas no estamos de acuerdo ya que en esa fecha lo que se hizo es violar la diversidad que existía. Creemos adecuada tener un día de diversidad cultura pero no el 12 de octubre que es una fecha muy cara a nuestros sentimientos.
Lo que destacamos en estos pequeños avances es que gran parte del material enviado a las escuelas del Chaco contó con la participación atciva de los pueblos Qom, Mocoví y Wichi y esto es un hecho importante porque históricamente como mencionamos arriba, el estado argentino a través de la escuela invisibilizó y creó en el imaginario colectivo una imagen negativa y mentirosa acerca de nosotros, en otras palabras la escuela fue la herramienta efectiva del estado para negar nuestra existencia y calificándonos de herejes y salvajes.
Pero hoy creemos y sostenemos que en los pueblos indígenas hay una gran reserva moral y sobre toda espiritual que puede hacer bien a la sociedad que cada día va perdiendo sus valores a través de la globalización y el capitalismo salvaje que viene de afuera. Creo que es tiempo de volver a nuestras raíces, más del 56% de los argentinos tiene genes indígenas, ¿porque seguir sosteniendo que descendemos de los barcos? ¿Hasta cuando vamos a seguir creyendo y permitiendo que nos sigan mintiendo?.


Esa sombra (perdón por la seudo filosofía) - Mauro Cerrado


Me gusta el dinero para comprarme lo que quiero
Me gustan las visitas para matar el tiempo
Me gusta esa luz, me gusta esa sombra
Me gustan los grupos que no están de moda
Pero lo que más me gusta son las cosas que no se tocan
Por eso me gusta el rock, el rock por que yo no lo toco, lo escucho, lo trago, lo digiero


Pity Alvarez (pensador)

Ser o ser, no parodiamos a otro pensador que no conocemos; sino observamos los contextos en los cuales estamos. Escribimos con cursivas o en imprenta, zurdos o derechos. Y pensamos, volamos y vamos a una metafísica. ¡Dios ha muerto! Caemos y la realidad se nos mete por los poros, cerramos los ojos, ¡no queremos ver! Angustia perceptiva, es como la angustia ante la muerte, va parecido. Empezamos a idear cosas y las imágenes en la cabeza no paran y los oídos se estremecen y volvemos a una metafísica.
El hombre siempre tiende hacia una metafísica (Kant), “Doña ecología pateara la cabeza de tu cuerpo desecho por tanta basura consumida”. Y la realidad pasa, actuamos, ¿queremos actuar? Sobre nuestros pasos vemos nuestra sombra, la definimos, amamos y dudamos de ella. La metafísica es como una sombra, algunos pensadores nos recordaran que la sombra responde a un cuerpo, a alguien (Marx). Que no es como la sombra de Peter Pan con vida propia (Hegel), aunque a veces parezca. ¡Mierda! No se quien soy y que pasa, la sombra se burla otra vez. La quiero atrapar, doy un paso me acerco, la tengo y se escapa entre mis dedos como todas las grandes certezas a las que creo llegar. De golpe se va el sol y mi sobra se desdibuja y con la luz de la luna aparece otra sombra, pero es la misma. Y nos damos cuanta que conquistamos el sol y la luna, pero seguimos avanzando, buscando. Vemos la sombra, luego fijamos la mirada sobre nuestras narices y nos olvidamos de ella; pero esta y sabemos que nos sigue.